El gran legado histórico, social, político y cultural de la ciudad de Cartago en nuestro país a través del diario vivir nacional, se ha conservado en el imaginario principalmente de los ciudadanos que vivimos en ella y que recordamos con orgullo y estima nuestra comunidad en la cual el destino confió el nacimiento de la Nación, la Democracia, los ilustres políticos y clérigos que fueron dando forma a nuestra Patria en la cual se ha llevado nuestro sentir a través de la historia.
Este sentimiento transformado en diálogo, en confrontación, en pensamiento activo y constructivo en el que los primeros costarricenses forjaron la visión de una Nación, la cual pasaría por un largo trecho hasta su conformación, en donde la conquista de nuestras tierras por parte de los españoles marcarían el primer paso, en donde la confrontación de aquellas culturas de diferentes orígenes e ideales se entremezclaron bien o mal para dar como resultado los habitantes de hoy en día, que somos el producto de aquella asociación tan enigmática.
Posteriormente y durante tres siglos aproximadamente se forjó poco a poco nuestra identidad nacional en la que la culturización de los pueblos indígenas, a los principios europeos del lenguaje, la religión, la normativa social y de convivencia civil, fueron la base de la construcción constante que somos hoy en día, y que en aquellas primeras décadas del siglo XIX anunciaron el nacimiento de un nuevo país, un nuevo Estado, una comunidad autónoma y con grandes desafíos por resolver como lo fue nuestro ordenamiento político a nivel nacional e internacional.
A partir de ésta coyuntura histórica de la independencia de la Corona Española, seguirían las primeras luchas por el ordenamiento político de la recién formada Costa Rica, en donde la Batalla de Ochomogo en 1823 marcaría la perdida de la capital a la ciudad de Cartago, que la había conservado desde la colonia en sus manos que fuesen proclamadas con el título de La muy noble y leal Ciudad de Cartago, por su fidelidad al Rey Fernando VII durante las invasiones Napoleónicas.
Dicha desición de la ciudad de Cartago reafirmaría en parte aquella primera capital colonial, que sería el semillero de los primeros políticos que junto con los josefinos, comenzarían a delimitar la sociedad costarricense en su función política, económica y cultural, de una manera consensuada y con pocos reveses a través de la historia que no fuesen motivo del resquebrajamiento de la reciente nación. Costa Rica se conformaría entonces como una de las naciones más prósperas y estables de Centroamérica, en donde el conflicto bélico y las rencillas políticas calaron la democracia de aquellas naciones que estuvieron más constantemente bajo el yugo español de una manera considerable y con múltiples secuelas que sobreviven hasta nuestros días.
Sin embargo, la historia seguiría su camino y convertiría al café y el banano en los productos más importantes de la época, y los responsables directos de las primeras conformaciones económicas del país, en el sustento de muchas familias humildes y la puerta al mundo de la elite de políticos y mercaderes costarricenses; que se servirían de aquél pequeño grano principalmente para ilustrarse en las más importantes universidades europeas y hacer las primeras alianzas con algunos de los extranjeros que venían a probar suerte y dejar su conocimiento a disposición del país y su constante conformación política, social, económica y cultural.
Este periodo de reacomodamiento de la cultura y la economía nacionales se llevaría la mayor parte del siglo XIX, en el cual se comenzaría a dar forma a nuestra sociedad y que en la Cartago de aquella época sería el fundamento principal de la convivencia de la comunidad, que sufriría algunos reveses naturales que la harían caer en repetidas ocasiones ya sea por la acción tectónica de las placas en las cuales se asienta nuestro país o la impronta manifestación del coloso volcánico que vigila estas tierras, y que serían responsables de la destrucción de la mayor parte del patrimonio arquitectónico de esta ciudad.
Dicho patrimonio tangible estaría compuesta por varias casas y edificios que serían el sitio de las primeras instituciones gubernamentales del país y que se perdieron algunos en manos de la naturaleza, pero que los siglos venideros resguardarían con cierto sigilo, en donde las manifestaciones de los fenómenos naturales han sido más compasivas con nuestra ciudad que hoy en día cuenta con la mayor parte de los mismos.
Sin embargo, este no es un tema más para nuestro acervo histórico en el cual confiamos nuestras memorias y vivencias cotidianas, sino que es un tema que nos invita a profundizar más en el mismo, a tratar de conservar por todos lo medios posibles nuestro legado no solamente cultural o ideológico sino estructural, que mediante su arquitectura y belleza nos invita a recordar nuestra historia y proyectarla hacia el futuro; en donde la globalidad de un mundo de conocimientos, comunicaciones y requerimientos sociales y culturales, nos hace pensar en la creación del Museo y Centro Cultural de Cartago, en el cual la conjunción de lo anterior nos acerque a este futuro cada vez más cercano.
El objetivo principal del proyecto fue el rescatar y / o recuperar el inmueble de su condición de deterioro, para posteriormente acondicionarlo y/o rehabilitarlo para su nuevo uso como museo y centro cultural de Cartago, siendo el mismo edifico la primera pieza de museo a mostrar.
El arquitecto Oscar López, de la Municipalidad de Cartago, fue el encargado general del diseño y ejecución del proyecto de restauración y rehabilitación arquitectónica del edificio. Esto incluyó el proceso de diagnóstico, la valoración de los daños, la elaboración de los planos arquitectónicos que incluyeron la propuesta de restauración y las nuevas estructuras e infraestructuras.
La empresa INTEC Internacional, del cartaginés Carlos Solano, fue la encargada de la ejecución del proyecto.
El costo de la restauración arquitectónica alcanzó en términos generales los 800 millones de colones y, casi en su totalidad, se financió con el presupuesto de la Municipalidad de Cartago. Los trabajos iniciaron en marzo del 2009 y en los distintos momentos de la restauración se llegó a contar con un equipo de más de 70 personas trabajando al mismo tiempo. Sumado a este presupuesto la Jasec realizo una inversión de 100 millones de colones en la iluminación exterior del edificio y sus jardines.
El Museo y Centro Cultural de Cartago se conceptúa en una visión moderna de museo (institución permanente, no lucrativa, al servicio de la sociedad y su desarrollo, abierta al público, que adquiere, conserva, investiga, comunica y exhibe, con propósitos de estudio, educación y deleite, la evidencia tangible e intangible de los pueblos y su entorno) , en el cual el habitante no solamente de Cartago sino del país podrá disfrutar y aprender todo lo referente a la provincia y sus alrededores. El mismo contará con una serie de exhibiciones permanentes y otras temporales acerca de la historia, la cultura y la naturaleza de la provincia principalmente y parte del país, además de un área especialmente dedicada a presentaciones artísticas y talleres educativos para estudiantes de escuelas y colegios.
Fachada Principal
Antes de la restauración, la fachada principal tenía agregada una sección de madera y vidrio que cubría el pórtico de entrada entre las gradas y la puerta principal. Con la rehabilitación arquitectónica, se removió dicha estructura y se colocó un techo liviano de metal con una cubierta de lámina transparente, para proteger de la intemperie la madera de la puerta principal y permitir un resguardo de la lluvia al visitante, sin que ello representará un gran impacto en la imagen original de la fachada.
Se restauraron las paredes exteriores, especialmente sus pronunciadas grietas, buscando recuperar el diseño original y combinando técnicas y materiales tanto antiguos como modernos.
El costado Este era el más dañado por el efecto directo de la lluvia en este sector.
Uno de los trabajos más arduos fue la restauración y saneamiento de los repellos y de las molduras decorativas externas, las cuales en su origen fueron elaboradas con una amalgama de cal y arena, con una malla metálica expandida para darles soporte, técnica que se recreo para su debida restauración.
Las paredes interiores estaban más deterioradas que las paredes externas, pues por el uso de pinturas en base de aceite se sellaron los poros que permitían respirar y mantener en buen estado los repellos de cal y arena.
Fachada Norte
En términos de intervenciones adicionales a la arquitectura original, la fachada posterior lamentablemente era la que estaba más modificada y deteriorada. Sin embargo, el mirenete o puesto de vigilancia aéreo que está en la fachada Norte y el muro de ladrillo que lo sustenta, aunque no son propios del edificio original, tienen un gran valor arquitectónico, por lo que fue rescatado y puesto en valor dentro del conjunto de fachada.
Se restituyeron las dos fachadas originales de los torreones centrales y los torreones de ambos extremos ya que, aunque permanecían originales, tenían las ventanas muy deterioradas por lo que las mismas fueron restauradas.
Existían techos adicionados a la fachada y, a los torreones que originalmente tenían acceso lateral, se les había hecho unas aberturas a modo de puerta, con un diseño “carcelario”.
Paredes
En las paredes externas se restauraron marcos, se rellenaron grietas y se rehicieron algunos parches de repello.
La restauración de las paredes internas fue de lo más difícil ya que, al estar pintadas por mucho tiempo con pintura de aceite, esto no permitió que las mismas “respiraran”, manteniendo adentro la humedad producida por la cal, causando además que el repello se desprendiera con facilidad. Con el diagnóstico se descubrió que había repellos de hasta 3 cms. de grosor aumentando su vulnerabilidad pues, entre más grueso, existe más riesgo de que se resquebraje o se caiga. Por lo anterior, se redujo el espesor al mismo y, prácticamente todos los repellos son nuevos. Se utilizó la misma técnica de hace 100 años, de combinar cal, arena y cemento, además se adicionó el usó una fibra sintética que ayuda a amalgamar mejor el material para evitar los agrietamientos de repello.
Puertas
Para restaurar la puerta principal, se quitaron todas las piezas de madera que estaban dañadas y se sustituyeron por unas piezas similares. Muchas veces se utilizan tablillas que se rescatan del mismo edificio, logrando con esto un buen lenguaje para alcanzar el objetivo de restituir la condición original de la puerta.
En el proceso de restauración, todas las puertas fueron desmontadas y se arreglaron los herrajes para que quedaran funcionando de la mejor manera. El 90% de las mismas son nuevas y se confeccionaron con el diseño y los materiales originales, partiendo de un juego de puertas que sobrevivieron a la infinidad de modificaciones que había sufrido el edificio.
Ventanas
En el caso de las ventanas, se encontró que el sistema constructivo original era completamente diferente a lo que se acostumbra. La reja que se ve a través de las ventanas es una sola de lado a lado, la misma se hizo y se instaló primero que el resto de la ventana, es decir antes de hacer los alfeizares, los arjemíz, los bordes y los marcos de madera. Por lo tanto, se tuvo que reparar primero la reja y los elementos internos y luego los externos. Los marcos de madera sostienen los repellos y la misma madera tenía mallas expandidas. Esta técnica es conocida como “bahareque francés”, pues el sistema francés utiliza malla con estructura de madera o metal y luego se repella. La malla lo que hace es una especie de formaleta que sustenta el repello. La misma técnica se encuentra en este edificio en lo que es marquetería. En estos casos, el sistema constructivo primero se descubre, se replica e incluso hasta donde se puede se mejora. Se hicieron ventanas nuevas y se contó con la ventaja de que aún se conservaban algunas en buen estado, lo que ayudó a dimensionar su diseño original.
Techos
En los cielos, se dejó al descubierto parte de la estructura para que el visitante conozca la forma original en que se construyó. Aquí se encontraron estructuras metálicas remachadas con carpintería de hace más de 100 años. Las cerchas, de gran espesor, son de origen inglés y soportaron perfectamente el tratamiento de raspado y pulido. Este tratamiento es muy arduo, ya que hay que retirar toda la capa de herrumbre antes de proceder al recubrimiento anticorrosivo. Posteriormente se procedió a curarlas y a pintarlas con pinturas que tienen tecnología moderna y que permitirán una mayor conservación.
Patio Central
El fin original de ésta área, concebida como un pulmón para oxigenar todo el edificio, se había desvirtuado pues se le habían agregado techos, baños e inclusive una cocina. En la época que Adaptación Social albergó el inmueble, se usó como un patio “de estar” para los internos.
Era un sector diseñado para ofrecer más seguridad, tiene dos hileras de cárceles en primero y segundo nivel para un uso más permanente de los privados de libertad. Esto a diferencia de las celdas que daban a la fachada norte, que eran para una estancia menos permanente.
En el corredor, por estar mas expuesto a la lluvia, el agua fue filtrando hasta casi deshacer la parte estructural del edificio. La viga y las columnas estaban totalmente deterioradas, por lo que se realizó un trabajo muy meticuloso de restructuración: de esta manera se procedió a sostener el corredor con anclas, arriostres y vigas, y se sustituyeron todas las piezas que estaban dañadas en el entrepiso.
Patio Posterior
La sección central de lo que será la próxima Biblioteca Virtual en su diseño original era un espacio abierto que daba acceso a las celdas de uso temporal. Posteriormente, se construyó un muro perimetral que va de torre a torre sobre el cual se construyó un puesto de vigilancia aéreo. Por falta de planificación, y dada la redistribución arquitectónica del edificio este espacio se convirtió en un lugar con muchos agregados, aleros, entradas, altillos, bloqueo de ventanas etc. Para la rehabilitación de este sector se ideo convertir este espacio en el vestíbulo de la Biblioteca Virtual, permitiendo tener un uso más funcional y acorde a la fachada. Para lograr lo anterior se techó el patio, no con una cubierta simple, sino con cuatro conos en forma piramidal de base cuadrada que permiten hacer una diferenciación de las distintas épocas arquitectónicas del edificio. Estas estructuras permitirán mayor iluminación y ventilación y las mismas fueron diseñadas con el interés de transformar el sentido del espacio, desde un aspecto simbólico, pues las pirámides representan por excelencia la búsqueda del conocimiento del hombre, y desde un sentido patrimonial, pues las mismas no compiten efusivamente con la fachada original, por el contrario la complementan en un ritmo propio del edificio. De igual manera este vestíbulo se convierte en la recepción a las celdas del conocimiento, una ventana al mundo que en otrora representaron el confinamiento del hombre, de sus esperanzas y de su libertad , lo cual enriquece el simbolismo de esta nueva utilización del espacio.
Pisos
Los pisos del sector sur estaban construidos en madera de pochote, cedro y laurel, sin embargo, estaban muy desgastados y hundidos en ciertos lugares. Se decidió sustituirlos desde los cimientos, respetando el sistema constructivo, es decir, dejando las basas de piedra pero adicionando unas basas de concreto que darán un mejor anclaje a las vigas de madera que sostendrán al mismo.
En las secciones donde había mosaico original, principalmente en el sector norte y en el segundo piso, se restauraron muchos de los cuadros que ya no existían o que estaban desgastados.
Se decidió hacer una restauración “in situ”, es decir sin despegarlos y usando ocres similares a los que se usan en la fabricación de los mosaicos. En varios puntos del edificio de dejaron recuadros de los mosaicos originales.
En la galería central los mosaicos se habían desgastado significativamente por lo que se sustituyeron por unos de alto tránsito, rescatando el aspecto cromático que tenían los pisos anteriores, y buscando una mayor durabilidad para la nueva función del edificio.
Galería Central
El arquitecto que construyó originalmente el edificio concibió la galería central como un vestíbulo de gran escala y doble altura que recibe al visitante de forma imponente. Este corredor de forma longitudinal distribuye además a todas las demás áreas del edificio, por lo que su puesta en valor fue una meta desde el origen del proyecto.
Mientras el edificio albergó al Cuartel de Cartago, se construyó un entrepiso de madera para dormitorios de los policías en dicho corredor, lo que volvió muy oscuro el pasillo. Con la restauración arquitectónica, este entrepiso se removió y se abrió una sección con ventanas en la parte más alta, lo que permite el ingreso de una mayor cantidad de luz. Esta galería restaurada es uno de los componentes arquitectónicos más destacados y que le dará una identidad particular al nuevo Museo.
Colores
Los colores fueron escogidos tomando en cuenta los tonos utilizados históricamente en el Cuartel y fueron recombinados para darle un aire de novedad. El objetivo principal en su aplicación fue resaltar, con cierta sobriedad, la arquitectura a nivel de volúmenes y planos. Además, al tener el edificio tantos detalles decorativos, se buscó que con la aplicación del color, los mismos no compitieran unos con otros.
Nuevas Estructuras
En la transición de Cuartel a Museo, además de restaurar el edificio, se crearon nuevas estructuras para desarrollar un programa arquitectónico acorde al nuevo uso y que permitiese un recorrido continuo por el mismo. Con la creación de un nuevo elemento, se trató de hilvanar las nuevas necesidades del edificio con la resolución de algunos problemas clave, especialmente el tema de las gradas inadecuadas y estrechas, que originalmente daban acceso al segundo piso. La propuesta consistió en dos escaleras que se pudiesen ver desde el vestíbulo, tanto a la izquierda como a la derecha, y que invitan a hacer el recorrido aéreo por los salones. Las gradas, los pasillos y los mezanines, tienen estructuras livianas en metal y madera, aisladas de las paredes, para que se puedan ver y apreciar los detalles arquitectónicos del edificio, tal es el caso de la marquetería de las ventanas.
Los soportes de esta estructura tienen un principio reversible para que en su momento si fuera el caso puedan ser removidas sin que el edificio original sufra ninguna daño, por lo que hubo que hacer perforaciones para asentar la estructura, ajustándose a la modulación de los pisos de mosaico en algunos casos.
Ventana al pasado
Es importante rescatar, como lo menciona el Arquitecto Oscar López, que muchas piezas de la estructura se mantuvieron en su estado original, tanto en repellos, cielos, pisos y otros, como testigos de la condición original del edificio.
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Sitio actualizado 05 de Junio del 2023